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Con frecuencia hablamos acerca de los beneficios que el agua tiene para nuestro cuerpo y nuestra salud. Lo dicen los médicos, los especialistas de todo tipo. Pero lo que solemos olvidar cuando de esto se trata, es lo importante que el consumo de agua resulta para el estado de salud y la belleza de nuestra piel. Lo que podemos afirmar en este punto es que se trata de una de sus medicinas y proveedoras fundamentales. Por ello y para que no queden dudas, vamos a hablar a continuación acerca de las propiedades del agua y por qué no debemos olvidarla o dejarla de lado si queremos una piel saludable y hermosa.
Una piel afectada que requiere de los cuidados adecuados
Lo primero que debemos aclarar es que la piel no es solamente un manto que protege al resto de nuestro cuerpo de los factores externos. Es un órgano. Pero no sólo eso. Es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Además, se trata de uno de los principales espejos para dar cuenta de cuál es nuestro estado de salud por dentro.
Como órgano que establecimos que es, la piel es también uno de los más sensibles, ya que se expone directamente a las características perjudicales de los entornos en los que nos movemos. Además, se ve directamente afectada cada vez que padecemos de algún otro tipo de problema o malestar, tanto físico como mental.
La sequedad de la piel es muy frecuente, ya que casi todas las personas la sufren. Algunas lo hacen constantemente, mientras otras lo notan en determinados momentos y circunstancias de la vida. De hecho, a lo largo de los meses de invierno, es mucho más común sentir que la piel se seca y, por eso, se quiebra. Además del frío y del contacto con el Sol, la piel puede secarse como consecuencia del contacto diario con perfumes y otras sustancias, como así también por fallas en la alimentación y por el estrés. Este último es uno de los factores que las personas en general más desestiman, sin dar cuenta hasta que es demasiado tarde de que el estrés y las situaciones frecuentes de nervios pueden afectar directa y visiblemente el estado de su piel.
¿Cómo se compone nuestra piel?
La capa externa de lo que es la epidermis se encuentra compuesta de corneocitos. Estos, son células que contienen en su interior las proteínas de la queratina. Dichas proteínas le otorgan a nuestra piel hidratación y flexibilidad. Por otro lado, los corneocitos también son los encargados de retener el agua en la piel. Para que la piel tenga un aspecto reseco y quebradizo, tiene que darse un proceso de acumulación de células muertas en las capas externas de la misma.
Es posible que no se note la deshidratación de la piel hasta que esta ya se percibe áspera y con marcas de daños. Muchos son los tratamientos a los que puede apelarse una vez que se encuentra en esta instancia. Sin embargo, la llegada a la misma es evitable. Uno de los remedios principales -y además el más natural- es básicamente el consumo de agua.
¿Una piel linda y saludable? ¡No olvides tomar suficiente agua!
Así como nos enseñan que el agua constituye el 70% de nuestro cuerpo, debemos recordar que además es el 30% de nuestra piel. De esto puede desprenderse que sea tan necesario el consumo de agua para el mantenimiento de la elasticidad y el buen estado de salud de esta.
Generalmente nuestro cuerpo pierde grandes proporciones de agua a través de los riñones. Esto se lleva a cabo en lo que conocemos como la orina. Por otro lado, también perdemos agua a través del sudor. Esta pérdida de agua se lleva a cabo todos los días sin excepción, porque así es el funcionamiento natural de nuestro cuerpo humano. Por esto, para evitar que la piel se deshidrate, es fundamental introducir en nuestro cuerpo las cantidades suficientes de líquido.
Algo que debemos aclarar en este punto es que no basta con la utilización de cremas de efecto hidratante. Si bien todos los tratamientos de este estilo pueden ser de gran utilidad para este tipo de problemáticas, no contar con la hidratación adecuada en el interior del cuerpo puede llegar a originar graves problemas, imposibles de ser solucionados desde el exterior.
¿Cuánto se debe consumir de agua por día?
Cabe aclarar que son muchas las versiones y discusiones que se han desarrollado alrededor de esta pregunta. Esto tiene que ver a que un consumo excesivo, por el contrario, de agua, no es algo insignificante. De hecho, esto puede llegar a provocar que se eliminen a través de la orina los nutrientes y sustancias que necesitamos para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestro organismo.
En la actualidad, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud es de consumir de 2 a 3 litros por día. Pero se debe aclarar que no se trata de tomar grandes cantidades en pocos momentos del día. Estos litros deben ser -según las recomendaciones- distribuidos en 10 a 15 vasos diarios, a lo largo de todo el día, de la mañana a la noche.
Otro factor que debemos mencionar es el relacionado al aporte de agua que podemos encontrar en las comidas. En general, con una buena y equilibrada alimentación, el aporte diario de agua puede ser del 20% al 30% de lo requerido para tener buenos niveles diarios. El resto, ese casi 80%, viene exclusivamente del agua que tomamos como tal.
A medida que los años pasan y se va aumentando en edad, se recomienda aumentar también la cantidad de agua que se bebe por día. Esto se debe fundamentalmente a que mientras más años se tiene más tendencia hay a la deshidratación, lo que lleva a que sean mayores las cantidades requeridas.
Algo que merece la pena ser mencionado en este sentido es lo que refiere a las costumbres. Al igual que la alimentación, el consumo de buenas cantidades de agua es tema de costumbre. Puede ser difícil al principio, pero con perseverancia se puede llegar a adquirir el ritmo necesario para contar con el estado de salud que buscamos y con una piel que hable de belleza y de bienestar.